Refrigeración y almacenamiento en un solo mueble profesional

Las mesas refrigeradas para hostelería, o mesas frías, son mesas donde puedes preparar comida y que, además, cuentan con estantes de almacenamiento refrigerados. Este tipo de equipamiento profesional es esencial en cocinas industriales, bares, restaurantes, hoteles y cualquier negocio relacionado con la preparación y conservación de alimentos. Al combinar una superficie de trabajo con almacenamiento refrigerado, permiten un flujo de trabajo más eficiente, manteniendo los ingredientes a la temperatura adecuada y al alcance de la mano.

Gracias a su versatilidad y funcionalidad, las mesas refrigeradas para hostelería han ganado protagonismo en el sector. Ya no se trata solo de tener una nevera y una encimera por separado, sino de integrar ambas funciones en un solo mueble profesional. Este cambio ha optimizado tanto el espacio como la operatividad en las cocinas, donde cada minuto y cada centímetro cuentan.

¿Cómo funcionan las mesas frías?

Las mesas refrigeradas para hostelería funcionan mediante un sistema de refrigeración interno que mantiene una temperatura constante en los compartimentos inferiores, mientras que la parte superior sirve como superficie de trabajo. En su interior, incorporan un compresor que, dependiendo del modelo, puede estar situado en uno de los laterales o en la parte inferior. Este compresor hace circular un gas refrigerante que extrae el calor del interior de la mesa y lo expulsa al exterior, manteniendo así el frío necesario para conservar los alimentos.

Además, muchas de estas mesas refrigeradas para hostelería incluyen ventiladores que ayudan a distribuir el aire frío de manera homogénea dentro del compartimento. Esto es especialmente importante para evitar la formación de zonas con diferentes temperaturas, lo que podría comprometer la seguridad alimentaria. Otro aspecto clave es el control digital de la temperatura, que permite ajustar y mantener la temperatura con precisión, garantizando que los productos se conserven en condiciones óptimas durante todo el servicio.

¿A qué temperatura debe estar una mesa de preparación refrigerada?

La temperatura ideal para una mesa de preparación refrigerada suele oscilar entre los 0 ºC y los 8 ºC. Este rango es el más adecuado para conservar productos perecederos como carnes, pescados, verduras, salsas o productos lácteos. En este sentido, cumplir con las normativas sanitarias es fundamental, ya que una temperatura incorrecta puede provocar la proliferación de bacterias y la pérdida de calidad en los alimentos. Las mesas refrigeradas para hostelería están diseñadas para mantener este rango de temperatura de manera constante, incluso en cocinas con alta demanda.

No obstante, la temperatura exacta puede variar dependiendo del tipo de alimento almacenado y del uso que se le dé a la mesa refrigerada. Por ejemplo, si se va a trabajar principalmente con pescados o productos cárnicos crudos, es recomendable mantener la temperatura más cerca de los 0 ºC. En cambio, para frutas, verduras o alimentos ya cocinados, una temperatura entre 4 ºC y 7 ºC puede ser suficiente. Las mesas refrigeradas para hostelería permiten este tipo de ajustes y aseguran una conservación adecuada de cada producto, lo cual es clave para ofrecer un servicio de calidad.

¿Para qué se utiliza una mesa refrigerada?

Las mesas refrigeradas para hostelería tienen múltiples usos en las cocinas profesionales. Uno de los más importantes es facilitar la preparación de alimentos sin necesidad de desplazarse constantemente hasta una cámara frigorífica. Esto agiliza el trabajo del cocinero, mejora la productividad y mantiene la cadena de frío durante el proceso de preparación, lo que se traduce en una mayor seguridad e higiene en la cocina.

Además de la preparación, estas mesas también se utilizan como espacio de almacenamiento temporal para ingredientes que se necesitan con frecuencia durante el servicio. Gracias a sus cajones o compartimentos, se pueden organizar los productos de forma ordenada y accesible. En muchos casos, las mesas refrigeradas para hostelería también se emplean en estaciones específicas de trabajo, como zonas de ensaladas, preparación de pizzas o elaboración de postres fríos, adaptándose al tipo de cocina y al flujo de trabajo del establecimiento.

Mesas refrigeradas para hostelería de Futurbar

En Futurbar entendemos que la eficiencia y la calidad son pilares fundamentales en la hostelería. Por eso, ofrecemos una amplia gama de mesas refrigeradas para hostelería diseñadas específicamente para cubrir las necesidades de las cocinas profesionales. Nuestros modelos combinan resistencia, diseño ergonómico y tecnología de última generación para garantizar un rendimiento óptimo en cualquier tipo de negocio gastronómico.

Nuestras mesas refrigeradas para hostelería están fabricadas con materiales de alta calidad como el acero inoxidable, lo que asegura una larga vida útil y una limpieza fácil. Además, incorporan sistemas de refrigeración eficientes que reducen el consumo energético sin comprometer la potencia. Disponemos de mesas de distintas medidas y configuraciones, con puertas o cajones, y con opciones de encimeras preparadas para usos específicos, como la preparación de pizzas o ensaladas.

Además, en Futurbar brindamos asesoramiento personalizado para ayudarte a elegir la mesa refrigerada para hostelería que mejor se adapta a tu cocina y volumen de trabajo. Sabemos que cada establecimiento tiene necesidades diferentes, y por eso trabajamos para ofrecer soluciones a medida que mejoren tu día a día. Desde pequeños bares hasta grandes cocinas industriales, nuestras mesas refrigeradas para hostelería representan una inversión segura, duradera y eficiente.

Compra segura para cualquier negocio gastronómico

Invertir en mesas refrigeradas para hostelería es una decisión inteligente para cualquier negocio del sector gastronómico. Estos equipos no solo mejoran la eficiencia del trabajo en cocina, sino que también garantizan la seguridad alimentaria y el cumplimiento de las normativas vigentes. Gracias a su diseño multifuncional, permiten tener siempre a mano los ingredientes necesarios, sin romper la cadena de frío ni comprometer la calidad del producto.

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